Querida Zaida, tú no estás atrapada en una luna olvidada de Saturno; estás amarrada y amordazada en tu propia mente. Sin embargo, te daré pistas de cómo salir de allí. En lo profundo de tus temores hay una puerta sin llave ni candado que espera abrirse. Puedo darte las instrucciones para lograrlo.
¿Aún estás dudando? Muy bien, la primera pista es que nada aquí es real, ni siquiera yo. Todo es efecto de tus propios pensamientos.
Muy bien, veo progreso en ti. Siento tus pasos aproximándose para afrontar tu destino.
¿Dices que te he mentido porque ves dos puertas? Ja. No te mentí. Si hay dos puertas, es porque al menos hay una puerta, ¿no es lógico? Técnicamente, he sido honesta contigo.
Todo esto parece una broma, pero somos inmortales, así que no tengas miedo. Abre cualquiera. Eso sí, ten en cuenta que lo que ocurra después depende de cuál elijas.
No temas por la izquierda: no te encontrarás con una amenazante figura vestida de militar que habla sin mover los labios. No y no, ello es tan solo producto de tu 'infértil' imaginación.
Y aquí va mi voz de advertencia: nada tan engañoso como la puerta derecha.
¿Dices que quieres abrirlas al mismo tiempo? Pfff, ya te pasas de valiente.
¡Ajá! Veo que te has puesto indecisa a último minuto, con la mano en el pomo de una de ellas, como si pudieras adivinar el laberinto de irrealidad que aguarda tras ellas. Y siempre —siempre— que llegas hasta aquí, prefieres seguir sin libertad. ¿Qué maldad acecha en el corazón de los hombres para generar semejante prisión? Como siempre, cobarde, te retiras sin abrir nada… pero ya volverás a intentarlo, lo sé muy bien.
Mientras más dudes, más fuerte me haces, más insolente seré contigo.
Solo abriendo la maldita puerta, estarás libre de mí.
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Es cierto que hay un clima similar entre ambos textos (el tuyo y el mío), José, en esa irrealidad las frases se insertan con comodidad y dura advertencia poniendo a los protagonistas al filo de la duda y el miedo. Te agradezco por sumarte. Un fuerte abrazo
ReplyDeleteUn texto donde la duda es la protagonista de la indecisión del personaje
ReplyDeleteY esa misma indecisión es lo que hace que su mente no se libere de esa duda que la persigue.
Un fuerte abrazo, feliz resto de semana.
La indecisión a veces nos retrasa. te mando un beso.
ReplyDeleteEl relato ha dejado varias preguntas.
ReplyDelete¿Qué le ha pasado a la diosa vengativa e implacable, qué se ha vuelto tan vulnerable? ¿Quíen es la mujer que amenaza volverse más insolente con Zaida?
Intrigante y bien planteado relato.
Saludos.
Olá, José!
ReplyDeleteUma criação inteligente que intriga a leitura sem definir o realmente enganoso.
Um enredo muito bem construído.
A ilustração também muito pertinente.
Tenha um tríduo pascal abençoado!
Abraços fraternos
José. Por lo de las puertas en tu texto, me acordé de una canción de Radiohead, "Daydreaming". En el video, el vocalista va abriendo puertas y puertas, y encontrándose puros escenarios tras escenarios, todos, al parecer, sin vínculo entre sí: él solo entra a mundos en donde no encaja en ninguno. Va otro abrazo.
ReplyDeleteSi yo pudiera salir de mi propia mente borraría todo y empezaría de nuevo como arquero de Genghis Khan... claro que tendría problemas con los habitantes actuales del planeta...
ReplyDeleteSaludos.
Duda, indecisión, intriga...muy buenos ingredientes para un relato. Buena aportación. Un abrazo!
ReplyDeleteQue dilema el que le presentas a la protagonista! El miedo muchas veces nos paraliza y puede con nosotros, no nos deja avanzar! Pero yo creo que la potente voz de la curiosidad al final podrá con todo! Je, je! Un abrazote Jose!
ReplyDeleteP.d.: Me he fijado en la imagen que ilustra tu relato y me gusta mucho! De quien es? Un abrazote!
Hola José, te felicito por tan magnifico relato porque en su brevedad, logra lo que muchos textos largos no consiguen: dejar una sensación de desasosiego, de pregunta abierta, de necesidad de reinterpretar lo leído. Incluso hace que me pregunte ¿Porque todos llevamos una Zaida dentro, atrapada frente a puertas que no nos atrevemos a abrir?
ReplyDeleteA veces nos hemos sentido encerrados en nuestras propias mentes, indecisos en tomar una decisión y asumir sus consecuencias, o en no hacer nada y proseguir nuestra vida en esa prisión mental. Lo describes tal cual. Un abrazo
Será al final verdad que no quiere ser libre?
ReplyDeleteUna cosa es no poder serlo y otra no querer. Lo primero es inaceptable, una imposicion; pero lo segundo es una elección, y de momento es lo que ha elegido.
Abrazzzoo
El miedo nos aleja , incluso de esos mundos reales que no queremos existir.
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